top of page

En Santander también se evoluciona mano!:

de la tradición a lo universal

La música santandereana enfrenta un proceso de transformación donde lo tradicional y lo moderno se entrelazan, generando debates entre quienes temen por la pérdida de identidad cultural y aquellos que ven en esta hibridación una oportunidad para conectar con nuevas generaciones.

La hibridación en la cultura santandereana parece ser la fórmula para conservar algo de lo raizal, mientras, la globalización sigue empujando esas nuevas formas de configuración musical, muy a pesar de lo que los exponentes más destacados del folclor propio santandereano quisieran. Siendo esta una realidad de la cual ya no se escapa la región o la cultura, debido a que ha sido propiciada por la globalización en la cual está inserta la nueva generación. â€‹

Según el historiador Julio Acelas, menciona que ‘Hoy en cultura no hay nada puro, debido a que todo está mezclado, lleno de préstamos y fusiones’; este mismo se encuentra de acuerdo en que las hibridaciones están muy lejos de ser una amenaza para la música tradicional, puesto que estas diversidades han dado paso a un sinfín de mezclas, que muchas veces llegan a darle un toque de frescura a estas tradiciones, permitiendo que las raíces culturales no solo sobrevivan, sino que les da paso para que entren en un proceso de evolución, el cual busca adaptarse a estas nuevas generaciones.

​

Un ejemplo de esto son las bandas locales, como Velo de Oza, la cual se han encargado de introducir una mezcla de géneros como el rock con la guabina y el torbellino, llegando a crear una fusión que, si bien para muchos puede parecer extraña, esta termina anclándose y resonando tanto en públicos jóvenes como en los amantes de lo tradicional.

Por otro lado, hay quienes dicen que la música tradicional santandereana históricamente es rica en un sinfín de características y simbología, que ha permitido a través de los años contar demasiadas historias oriundas de lo más adentro de Santander; por lo tanto, muchas personas aseguran que esta tradición musical se encuentra perdiendo terreno de una manera acelerada, frente a una gran cantidad de géneros que actualmente se han masificado, ya que estos priorizan la inmediatez o el consumo rápido, utilizando sonidos mucho más comerciales.​​

Robert Martínez Blanco, director titular de la banda sinfónica departamental de Santander, menciona que ¨la radio y el comercio se enfocan mucho más en la música que se vende, en la música comercial y esto nos roba el espacio de nuestra música cultural¨. Esta pérdida de espacios musicales, no solo afecta a las tradiciones sonoras, sino a los saberes ancestrales que a través de la historia se han transmitido de generación en generación, abriendo así paso a que una gran cantidad de instrumentos tradicionales, como lo son el requinto o la bandola, junto con las diferentes técnicas y melodías santandereanas, corran el riesgo de ser olvidados por una generación que, a medida que la globalización los atrapa, caen con entusiasmo en géneros como el reggaetón, el pop internacional e incluso la música electrónica, siendo estos mismos los que pasan ‘’cuenta de cobro’’ a los géneros autóctonos.

Ahora bien, el panorama actual que vive la cultura santandereana demuestra que esta no termina siendo estática, por el contrario, vive en una constante transformación por medio de un proceso que resulta ser supremamente dinámico. Curiosamente, en Santander la música tradicional aún se puede percibir como un pilar fundamental para la identidad, pero con la novedad de que ahora comparten un espacio con sonidos globales que enriquecen el panorama cultural. Un claro ejemplo de esto es Enkele, quienes son un grupo de mujeres haciendo bailes cantados de Colombia, quienes lograron sonar en el festival de música electrónica más importante del mundo (Tomorrowland).​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​

Asimismo, la cultura santandereana aún cuenta con un desafío bastante fuerte, el cual es encontrar un equilibrio en donde a este se le permita honrar sus raíces mientras abraza las nuevas corrientes, fomentando un diálogo intergeneracional que cumpla con nutrir tanto a los guardianes de la tradición como a los innovadores de la modernidad. Según el docente experto en la era digital, Juan Manuel Corredor Bueno, menciona que ¨ahora, las comunidades virtuales llegan precisamente para fortalecer las capacidades humanas de asociación¨, debido a que el hombre es un ser social; somos seres que interactuamos con otras personas y que no podemos estar alejados de esa interacción. 

De esta manera, la identidad local ha evolucionado bajo la influencia de factores globales, nacionales y locales, llegando a transitar de una tradición arraigada o marcada hacia una identidad más global y tecnológica, aunque conservando elementos esenciales de sus raíces culturales.

​

Entonces, se puede decir que Santander se encuentra en un momento decisivo, debido a que la tradición y la innovación coexisten en un delicado equilibrio,ya que la globalización ha diversificado los diferentes gusto musicales, pero también busca darles un impulso o ayudar a los diferentes artistas locales a reinventarse, con lo cual el desafío en este caso no es elegir entre lo tradicional y lo moderno, sino que la verdadera intención debe ser poder integrar ambos mundos, donde se permita dar apertura a que las raíces sigan nutriendo a estas nuevas generaciones. En pocas palabras, el futuro musical que le espera a Santander es y será tan diverso, como un paisaje, donde este territorio guarda el pasado y el presente, se encuentra para crear las nuevas y diferentes melodías que, si bien no importa su forma, siempre tratarán de llevar el sello de la región.

​

Podría considerarse que, la transformación de las identidades musicales que viven los santandereanos es un claro reflejo del equilibrio entre la tradición junto a la modernidad, pues las diferentes hibridaciones musicales  han permitido que géneros como el torbellino y la guabina tiendan a mantenerse en una vigencia, donde al ser fusionados con ritmos que suelen ser globales, forman o crean unas nuevas maneras de expresión, la cual busca respetar a todo honor las raíces culturales que arraigan su identidad. Sin embargo, es interesante mencionar que la globalización ha impactado tanto a la santandereanidad, a causa de un sinfín de diversos gustos, especialmente entre los jóvenes, los cuales son quienes encuentran esas tendencias nacionales e internacionales, permitiéndose así un espacio para explorar su creatividad y tratar de conectar con un mundo más amplio y evolutivo.

Video: Muestra de talentos en el barrio Rocio / Autor propio

Video: Muestra de talento en el parque de los ninos / Autor propio

Es clave mencionar que este proceso resulta no significar una pérdida de identidad, sino, por el contrario, se convierte en una evolución constante, en el cual lo local y lo global tienden a conectarse entre esto. Si bien la hibridación no es negativa, si es importante que los santandereanos tiendan a fomentar y construir un equilibrio entre estos géneros, sirviendo así, para asegurar que las nuevas generaciones sean quienes encuentren en la música tradicional no un vestigio del pasado, sino un pilar que funcione para construir un futuro.

Créditos

Nefer Alexander Bautista Carreno
Karen Dayann Mejia Mancilla
Valentina Neira Martinez
Maria Angélica Parada Perez
Luna Fernanda Zarate Calderon

bottom of page